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Un Chancletazo a la Mala Crianza

Por: Deisy Viana

Los tiempos han cambiado y con ellos el comportamiento de los hijos e hijas, antes con una "pelada de ojos" entraba el pánico porque más atrás venía el "chancletazo", "correazo" o cualquier castigo severo. Hoy, es  común ver berrinches, manipulaciones, amenazas hacia los padres ante las correcciones y pare usted de contar. Especialmente cuando estamos delegando su crianza a la falta de supervisión, ausencia de comunicación y lo que es peor: a las redes sociales y al internet. 

La crianza de los hijos es una de las tareas más desafiantes y gratificantes que enfrentamos como seres humanos. Es un proceso que no solo forma el carácter y el futuro de nuestros hijos, sino que también refleja nuestros valores más profundos y nuestras esperanzas para el mundo en el que vivirán. En este artículo, exploraremos cómo la crianza basada en valores y amor puede marcar la diferencia en la vida de nuestros hijos, y cómo la sabiduría bíblica puede guiar a los padres en este viaje.

Castigo vs. Maltrato: Entendiendo la Diferencia

El castigo es una medida disciplinaria que, cuando se administra de manera justa y con amor, puede enseñar a los niños sobre responsabilidad y consecuencias. Sin embargo, es vital distinguirlo del maltrato, que es cualquier forma de castigo que daña física o emocionalmente al niño y puede tener efectos duraderos en su bienestar. El castigo debe ser siempre el último recurso, después de haber intentado otras formas de guía y debe ser proporcional al comportamiento que se está corrigiendo.

Protección vs. Sobreprotección: Encontrando el Balance

Proteger a nuestros hijos significa darles un entorno seguro y el apoyo necesario para que puedan aprender y crecer. La sobreprotección, por otro lado, puede impedir su desarrollo, privándolos de las experiencias necesarias para aprender a navegar por el mundo por sí mismos. Los padres deben esforzarse por encontrar un equilibrio que permita a los hijos experimentar la vida de manera segura, pero sin limitar su capacidad para desarrollar autonomía y resiliencia.

Estableciendo Límites Saludables

Los límites son esenciales para una crianza saludable. Ayudan a los niños a entender lo que se espera de ellos y les proporcionan una estructura que los guía. Establecer límites claros y consistentes puede prevenir conductas desviadas y enseñar a los niños a manejar la frustración y a no recurrir a berrinches o manipulaciones. Los límites también deben ser flexibles y adaptarse a medida que los niños crecen y sus necesidades cambian.


El Ejemplo de los Padres

Los niños aprenden más de lo que ven que de lo que se les dice. Un buen ejemplo de los padres en cuanto a comportamiento, trato a los demás y adhesión a los valores familiares es fundamental para una crianza efectiva. Los padres que practican lo que predican y que muestran amor, respeto y empatía en sus acciones diarias tienen más probabilidades de criar hijos que reflejen esos mismos valores.

La Perspectiva Bíblica

La Biblia ofrece numerosos consejos sobre la crianza de los hijos. Proverbios 22:6 dice: "Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él". Este versículo subraya la importancia de enseñar a los niños el camino correcto desde una edad temprana. Efesios 6:4 aconseja a los padres a "no exasperar a sus hijos; más bien, críenlos con la disciplina y la instrucción que proviene del Señor". Esto significa criar a los hijos con amor, guiándolos con principios que honren a Dios y que fomenten su desarrollo integral.

Déjame contarte que la crianza de los hijos en valores y con amor es un acto de equilibrio delicado que requiere comprensión, paciencia y dedicación. El castigo para educar y corregir es necesario sin caer en ninguna forma de maltrato.  Establecer límites saludables, saber comunicar, dar un buen ejemplo y buscar la sabiduría en las Escrituras; los padres deben criar hijos que no solo sean ejemplares en su comportamiento, sino que también sean capaces de contribuir positivamente a la sociedad, si no lo hacen, ¡pobre de ellos! Recuerda: Cría cuervos y  te sacarán los ojos. 

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