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El negocio de la gasolina

Freddy Zarichta


Hace pocos días escuché y vi con entusiasmo el anuncio del presidente Nicolás Maduro, hablando sobre el vulgar y cochino negocio que existe con  la venta de la gasolina  en las centenares de estaciones de servicio de combustible, que hay en país. Hay amigos que trabajan día a día, noche a noche, trabajadores del campo que muchas veces tienen que pasar horas, horas y horas en cola para comprar gasolina. 

Le digo al amigo y compañero presidente que esta tarea es Titánica, usted manda a Tareck el Aisssami a controlar el robo. Lo primero que todo el  mundo sabe es que estas mafias están incrustadas en los diversos cuerpos de seguridad del Estado y en miembros de ciertas alcaldías, ciertas gobernaciones y pare de contar. 

Aquí se han perdido millones y millones y millones de dólares que todo el mundo, visiblemente, lo sabe; son millones qué sirven para hacer muchas cosas por el país, empezando por la salud. Ahora, inclusive, se podría llegar a tener un control estricto y yo creo presidente que con paños tibios, si no se ataca la médula de este robo en las mafias que están dirigiendo las bombas, no se hace nada.  Ahorita de aquí sale millonario cualquier bombero, perdón por alguno honesto, se ponen en casas, carros y en lo más moderno y todos tienen una cuota de poder.

El negocio de la gasolina se convirtió en uno de los negocios más lucrativos que existen en Venezuela. Mientras esto pasa a diario, a diario los camioneros que tienen que transportar hortalizas y comida, deben trasladar estos costos de operación (en verdes) al consumidor que paga en bolívares . 

Esto es público, notorio y comunicacional. Llegó la hora de que se le vea el queso a la tostada y que no sea una simple tontería, que la gente diga estos son paños de agua tibia. Presidente, vaya al grano, usted tiene que nombrar una comisión de muy alto nivel que no estén involucrados funcionarios de cuerpos de seguridad que estén de primeros metidos en esta mafia. ¡Ya basta, las mafias se acaban igual que a las culebras: por la cabeza!

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