Tu Portal de Noticias

 

Soberanía cotidiana y el pre(cio)sente

Oscar González Ortiz

El clamor por la patria soñada por Simón Bolívar y Hugo Chávez se funde con la visión de Eduardo Galeano: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas … intentando cambiar el mundo”. La patria se construye en espacios donde la dignidad se niega a claudicar. Por ejemplo, mi madre libra batalla contra el Alzheimer mientras se recupera de una fractura de cadera; un familiar recibe el diagnóstico de cáncer de próstata enfrentando la crudeza de los tratamientos de quimio-radioterapia cuando los encuentra o puede pagarlos. 

Esta diáspora ocurre bajo el asedio de una fuerza extranjera, aplicación de más de mil sanciones unilaterales y bloqueo que tuerce la columna vertebral y médula espinal de cada venezolano que vive en esta heroica tierra, por ser catalogados amenaza inusual y extraordinaria. 

Es paradójico que, al pagar en dólares, el vuelto sea en bolívares por pago móvil; el costo de vida se eleva por imposición de tarifas ocultas: el precio en la carta del restaurant es un punto de partida para otro mayor al momento de cancelar más el 10%, IVA y propina. Donde detengas el vehículo implica pagar estacionamiento, incluso en la panadería de un centro comercial compra tres canillas por un dólar y por el estacionamiento pagas cuatro.

Cada día realizamos pruebas de supervivencia: luchas contra la inflación, gestionamos en largas colas gasolina subsidiada, oramos para estar sanos y no ser afectados por inundaciones. El paisaje económico es incomprensible: ¿Cuándo se detendrá el dólar? Los precios de alimentos y medicinas escalan cada día en bolívares y dólares, las transacciones fluctúan entre BCV, Binance o la voluntad del proveedor. Adquirir cualquier bien o servicio implica navegar en sistemas de pagos paralelos: euros, dólares, bolívares digitales, pesos, Zelle, criptomonedas, PayPal, cesta ticket, pago móvil, transferencia o trueque. 

Es complejo establecer el precio de cualquier bien: Adquirir carne o queso blanco, incluso un almuerzo es una ecuación con precios variables, impuestos y propinas. En cada semáforo, un joven choca con la negativa para limpiar el parabrisas.

El filósofo expresó: “somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros”. Por lo tanto, el venezolano, lejos de rendirse ante el bloqueo y la adversidad, está forjando una identidad política basada en resistencia y dignidad, transformando la carencia en creatividad social. 


Artículo Anterior Artículo Siguiente