Un breve recuento de las consecuencias catastróficas de las "intervenciones humanitarias" encabezadas por EEUU, a propósito de la irresponsable solicitud del dirigente Antonio Ledezma y la coalición Soy Venezuela de intervenir a Venezuela bajo estos parámetros.
El
 siglo XXI fue inaugurado por un nuevo mecanismo de intervención y 
guerra contra naciones soberanas promovido por el alto mando oficial del
 Pentágono y sus "socios" europeos de la OTAN. Se trata de la 
"intervención humanitaria", una herramienta geopolítica usada en algunas
 regiones del mundo en el marco de la estrategia conceptualizada por asesores militares de inteligencia como Thomas Barnett y apoyado en la burocracia estadounidense de la mano del almirante retirado Arthur K. Cebrowski.
El mencionado plan del Pentágono para el planeta
 se basa en la división binaria entre Norte ("the Functioning Core") y 
Sur ("Non-Integrating Gap"). En el mapa a continuación, extraído de una 
presentación que hiciera Barnett en 2003, podemos ver que en la parte 
superior se encuentran los países del llamado "Primer Mundo", donde se 
concentran los grandes capitales privados y negocios y la estabilidad 
política pretende ser reservada; en la parte inferior, en rojo, se 
dibuja el "Tercer Mundo", región toda que estaría destinada, según los 
militares estadounidenses, a "balcanizarse", es decir, a ser territorios
 desmembrados, absorbidos en el caos, de donde captan riqueza esos 
grandes capitales centrales del Norte para su propia opulencia.
Precisamente el término "balcanización" fue acuñado luego de la 
primera experiencia de "intervención humanitaria" en el mundo, con la 
instrumentalización de los derechos humanos y las leyes internacionales a
 favor de los intereses estratégicos de la OTAN, aplicada a la extinta 
Yugoslavia. Revisemos éste y otros cuatro casos de este tipo de guerra 
(y sus variantes) para llamar la atención sobre la actualidad venezolana
 en el marco de este plan militar estadounidense y la propuesta de 
Antonio Ledezma de solicitar una intervención con este estilo. 
Yugoslavia
En 1999, la OTAN bombardeó Belgrado, una de las ciudades más antiguas
 de Europa, en el marco del (fabricado) conflicto armado entre los 
separatistas albaneses del Ejército de Liberación de Kosovo (KLA) y las 
fuerzas militares y policiales de Yugoslavia, en aquel entonces 
integrada por Serbia y Montenegro.
Según los máximos responsables de la OTAN, el gobierno yugoslavo 
había creado una "catástrofe humanitaria" bajo el pretexto de un 
supuesto genocidio (limpieza étnica) a los kosovares. La medida que 
tomaría la organización gringa-europea no fue sancionada por el Consejo 
de Seguridad de la ONU, cuestión que sabemos no le importó.
Los ataques aéreos se realizaron desde marzo hasta el 10 de junio de 1999. Según estimaciones publicadas por Sputnik Mundo,
 bajo las bombas fallecieron unas 2 mil 500 personas y más de 10 mil 
resultaron heridas. El daño económico se estimó entre 30 mil y 100 mil 
millones de dólares. La partición de Yugoslavia en "republiquetas", con 
el enclavamiento de una inmensa base militar estadounidense en el 
corazón de Kosovo, fue conocida como "balcanización", pues amplió el 
panorama jurídico-político en el mapa de los Balcanes.
Kosovo es en la actualidad, producto de esta "intervención 
humanitaria", un centro logístico del narcotráfico y el mercado de armas
 en Europa, y funciona como una "fábrica de terroristas"
 albaneses-kosovares que luchan en las filas del Daesh en Medio Oriente y
 parte de los Balcanes hacia territorio asiático. Todo un paradigma.
Irak
Uno de los fake news más trascendentales de la historia 
reciente, el de las "armas de destrucción masiva" de Saddam Hussein, fue
 usado en contra de Irak para su invasión. El gobierno de George W. Bush
 usó pruebas falsas para involucrar a numerosos países en el apoyo a la 
operación militar que posteriormente ocupó el territorio iraquí, pues 
presuntamente el gobierno de Saddam habría usado tales armas contra 
población kurda.
Durante años, EEUU y sus "aliados" mantuvieron un embargo económico y
 financiero sobre Irak que que fabricó las condiciones precarias de 
abastecimiento alimentario y medicinal, lo que sirvió a Occidente como 
justificación de la "intervención humanitaria". Esto junto a las "armas 
de destrucción masiva" fueron la zanahora mediática al garrote militar.
La operación fue vendida con base a nada, bajo el pretexto de la 
"libertad" del pueblo iraquí, pues luego del arribo de las tropas 
estadounidenses y británicas, no encontraron evidencias del armamento 
citado.
Entre el 30 de marzo y el primero de mayo de 2003, los ejércitos de 
EEUU, Reino Unido, España, Australia y Polonia invadieron y tomaron el 
control del gobierno iraquí. Sólo en el bando estadounidense murieron en
 combate unos 5 mil 500 soldados y mercenarios de empresas privadas de 
seguridad. Entre los iraquíes murieron, acorde a distintas fuentes, uno 500 mil, entre ellos 120 mil eran civiles.
Cabe destacar que de las guerras étnicas fabricadas en Irak y por la 
intervención realizada por militares estadounidenses, nació el conocido 
Estado Islámico, que en 2014 tomó la ciudad de Mosul.
Libia
Medios occidentales viralizaron montajes y noticias falsas en torno a
 la supuesta masacre que perpetraba el gobierno de Muammar Gaddafi 
contra la población libia. Bajo la figura de Responsabilidad para 
Proteger (R2P), EEUU tomó la batuta junto a la OTAN para invadir y 
bombardear Libia, y así permitir el acceso a los grupos 
mercenarios-terroristas de tomar las principales regiones del país 
africano.
A Libia se le endilgó la etiqueta de "crisis humanitaria" con la 
intención de profundizar en el expediente de intervención, a pesar de 
que el país vivía una de sus épocas más prósperas bajo la égida del 
socialismo árabe de Gaddafi.
La revolución de color en Libia comenzó con protestas "pacíficas" que
 terminaron en asesinatos bajo el uso de armas convencionales por parte 
de manifestaciones contra las fuerzas libias de seguridad. Los muertos 
civiles fueron endilgados a Gaddafi y su gobierno, mientras el Pentágono
 preparaba la aprobación de las Resoluciones 1970 y 1973 ante el Consejo
 de Seguridad de la ONU, que autorizaban una zona de exclusión aérea en 
territorio libio. Las consecuencias son evidentes hoy, donde el otrora 
país más prolífico de África es ahora una sopa de caos.
Cifras aportadas por Telesur ilustran a más de 20 mil personas 
muertas por la "intervención humanitaria", además unos 350 mil 
refugiados debido a la crisis fabricada por la guerra.
Somalia
Entre pobreza extrema y guerra civil, iniciada a principios de la 
década de 1990, Somalia ha vivido una de las peores hambrunas de la 
historia de la humanidad. Según la Cruz Roja, ha matado a 1 millón y 
medio de personas. Los dictámenes del FMI y el Banco Mundial en materia 
política económica y monetaria sobre el gobierno somalí del dictador 
Mohamed Siad Barre, aliado de petroleras estadounidenses, encauzaron a 
tan lamentable llegadero. Las bandas locales en conflicto contribuyeron 
con el contrabando de alimentos por armas con contratistas occidentales.
En 1993, el Pentágono usó la herramienta de "intervención 
humanitaria" sobre Somalia con 30 mil marines, en una operación 
denominada "Restaurar la esperanza". Conoco Somalia Ltd., petrolera 
gringa, fue la única transnacional importante que mantuvo una oficina 
activa en la capital Mogadiscio antes y durante la invasión. La empresa cedió sus infraestructuras e instalaciones en Mogadiscio para que fueran utilizadas como embajada y cuartel general del convoy especial de las tropas estadounidenses.
Informes y reportes indican
 que el hambre y la crisis sanitaria en el país africano se multiplicó 
por 10 veces peor que al principio de la guerra. La "ayuda humanitaria" 
era sólo un camuflaje
 para la militarización de los recursos generales y el comienzo del 
proyecto de "balcanización" en el Cuerno de África, donde la USAID tiene más negocios en curso, región olvidada por el mundo.
Haití
 
El abuso en el número de invasiones y ocupaciones estadounidenses de 
Haití en la historia de la última centuria dio una muestra a EEUU de que
 debía pensar un nuevo pretexto para volver a militarizar la isla 
caribeña. En 2010 se dio uno que, para sumarle a la tragedia de 222 mil 
570 personas fallecidas por el terremoto,
 y que dejó a 1,5 millones de personas en la indigencia y pérdidas 
materiales calculadas en 7 mil 900 millones de dólares, además tenía un 
carácter lucrativo.
La nueva "invasión humanitaria" haitiana de EEUU y la ONU tomó el 
control de la isla e instaló la misión MINUSTAH con más de 7 mil 
soldados y policías. Cientos de denuncias por abusos criminales (sexuales y de fuerza) de los cuerpos de seguridad foráneos (Cascos Azules, ejército de EEUU) sobre la población haitiana y, además, la ONU recibió una demanda legal
 de los propios haitianos que sufrieron por la epidemia de cólera 
causada por la organización multilateral. La enfermedad mató a más de 8 
mil 300 personas y enfermó a más de 650 mil desde octubre de 2010, casi 
el 7% de la población. La ONU no respondió.
Pero la recolonización de Haití venía con una estafa multimillonaria y un asesinato selectivo: en julio de 2017 fue hallado muerto Klaus Eberwein,
 ex funcionario del Estado de Haití, quien pretendía denunciar a la 
Fundación Clinton ante el senado de su país por fraude y corrupción en 
el marco de las "ayudas humanitarias" de Occidente a la isla. Eberwein 
afirmó que el 0,6% de las donaciones otorgadas por donantes 
internacionales a la Fundación Clinton, con el propósito expreso de 
ayudar directamente a los haitianos y reconstruir infraestructuras 
vitales luego del terremoto de 2010, terminó en manos de organizaciones 
haitianas. Otro 9,6% terminó en manos del gobierno haitiano. El 89,8% 
restante, o sea 5 mil 400 millones de dólares, fue canalizado a 
organizaciones no-haitianas, y el principal responsable es la entidad 
que dirigen la pareja Clinton.
Fue una "ayuda humanitaria" que no ayudó.
Ledezma y el plan de intervención "humanitaria" en Venezuela.
El prófugo de la justicia Antonio Ledezma ha estado de gira por 
varios países de Occidente con el fin de promover la mentada 
"intervención humanitaria" para derrocar al Gobierno Bolivariano en 
nombre de la "sociedad civil". Representante internacional del grupo Soy
 Venezuela, el ex alcalde de Caracas se hizo dueño y señor de la vocería
 intervencionista contra el país que lo vio nacer, y a pesar del 
prontuario de este tipo de acciones militares por parte de EEUU y cía, 
sigue empeñado en cabildear junto a otros dirigentes de Voluntad Popular
 y Primero Justicia recursos de poder blando y poder duro sobre 
Venezuela que deriven en una "intervención humanitaria". 
Ledezma se ha reunido con mínimo una decena
 de altos políticos del mundo, como el gobernador de Florida, Rick 
Scott; los presidentes latinoamericanos Sebastián Piñera, Mauricio Macri
 y el otrora presidente (por corrupción) Pedro Pablo Kuczynski, y la 
vicepresidenta de Panamá; con los europeos Emmanuel Macron, Mariano 
Rajoy; el vicepresidente de EEUU, Mike Pence; por nombrar algunos en 
reciente fecha.
Un paisaje de destrucción nacional y muerte es el fin de la solicitud
 de Antonio Ledezma, tal como ocurrió con Yugoslavia, Irak, Libia, 
Somalia y Haití. No lo decimos nosotros, sino la historia. 

