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METAMORFOSIS DE LA VOCACIÓN

Por: Deisy Viana

¿Qué pasó con la vocación? ¿En qué momento sufrió la metamorfosis para transformar a ese ser humano con sueños, ética y deseo de servir, en un alma fría y maquiavélicamente interesada?

Pues, déjame contarte que la vocación es el llamado interior que siente una persona para dedicarse a una actividad, profesión o servicio que le apasiona y le da sentido a su vida. La vocación implica un compromiso, una entrega, una responsabilidad y una satisfacción personal. Sin embargo, en el mundo actual, muchas personas pierden el horizonte de su vocación por causa de dejarse llevar por manipulaciones, chantajes, intereses personales, egoísmo, deslealtad o envidia.

Estos factores pueden provocar una metamorfosis negativa en la vocación, transformándola en una carga, una rutina, una frustración o en una renuncia a la ética.

Desde una perspectiva sociológica, podemos analizar cómo estos factores influyen en la pérdida de la vocación. Por un lado, la manipulación y el chantaje pueden provenir de personas o instituciones que se aprovechan de la vocación de otros para obtener beneficios o imponer condiciones. Por ejemplo, un jefe que presiona a un empleado vocacional para que trabaje más horas, una organización que impone normas o restricciones que limitan la creatividad o la libertad de expresión; entre otros.

Estas situaciones pueden generar un sentimiento de desvalorización, de injusticia o de falta de reconocimiento en la persona con vocación, que puede acabar desmotivándola o abandonando su vocación.

Por otro lado, está la persona que olvida su compromiso vocacional para satisfacer sus intereses personales, cuando aflora el egoísmo, la deslealtad o la envidia que pueden surgir de la propia persona que supuestamente tiene "una vocación" . Por ejemplo, una persona que antepone su ambición económica, política o su prestigio social a su vocación, que se olvida de los valores o principios que la inspiraron, que se aísla o compite de forma negativa con sus colegas o compañeros, que traiciona o sabotea a otros que comparten su vocación, que se siente inferior o superior a los demás.

Estas actitudes pueden generar un conflicto interno, una pérdida de identidad o de autoestima, una ruptura de relaciones o de confianza, una disminución de la calidad o de la pasión por el trabajo. Estos efectos pueden conducir a una transformación perjudicial de la vocación, que deja de ser una fuente de alegría y de realización personal para convertirse en un problema para el entorno.

Ante esta realidad, es necesario reflexionar sobre cómo recuperar o mantener el horizonte de la vocación, cómo evitar o superar los obstáculos que la amenazan, cómo cultivar o fortalecer los aspectos positivos que la nutren. 

La metamorfosis de la vocación es un proceso profundo en el que puedes perder tu norte original  para transformarte en algo que no representa tus valores. La buena noticia es que a pesar de los desafíos, siempre hay espacio para corregir,  redescubrir el camino y seguir ejerciendo la vocación con pasión auténtica antes de que la vida te pase factura al cometer errores irreparables.

Para ello, podemos recurrir a la sabiduría bíblica, que nos ofrece varios versículos que nos iluminan y nos orientan sobre el tema de la vocación entre ellos este: "Les hablo así, hermanos, porque ustedes han sido llamados a ser libres; pero no se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones. Más bien sírvanse unos a otros con amor." (Gálatas 5:13) Jamás permitas que las circunstancias o intereses propios o ajenos transformen negativamente tu vocación así no sufras la metamorfosis.

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