Postergados
los Juegos Olímpicos Tokio 2020 para el próximo año, debido a la pandemia
mundial de la Covid-19, parece diluirse el debate sobre los mecanismos de
control antidoping, que es atribución de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA),
conocida en el mundo anglosajón como “WADA”,
dependiente del Comité Olímpico
Internacional (COI).Las miradas aún siguen el “juego” entre
el deporte y la política.
En
los últimos años, la AMA-WADA tomó decisiones que colocaron en el tapete
mediático las discusiones sobre las reglas y condiciones exigidas a los atletas
y sus naciones de origen, las que a su vez están representadas en el COI.
Distintos
referentes nacionales emitieron opinión relativa a la influencia o no de la
política en el deporte olímpico, quienes prepararon sus argumentos para la
conferencia denominada “El sistema antidopaje como herramienta política.
Una batalla olímpica”, realizada recientemente en Caracas.
El
propio presidente del Comité Olímpico Venezolano, Eduardo Álvarez, había
adelantado que “la política está metida en los tuétanos del deporte”, al tiempo
de indicar que le corresponde al COI “luchar contra los laboratorios debido al
poder de estos en colocar sustancias que pueden llevar a los atletas a
dar positivo”.
Vale
recordar las sanciones de la AMA sobre el deporte olímpico ruso, basados en el
denominado “informe Mc Laren”, sustentado a su vez en declaraciones del ex
funcionario ruso Gregori Rodchenkov, quien se encuentra protegido por el
Gobierno de EE.UU. Con esas bases, las sanciones descartaron la
participación rusa en la edición olímpica Río 2016. La gran prensa no tardó en
dar por certero el dictamen.
Muchos
de los atletas rusos fueron marginados de las dos últimas ediciones y el país
fue obligado a competir con bandera neutral en los Juegos de Invierno de
Pyeongchang 2018, bajo el criterio de “dopaje de Estado”, en Sochi
2014. El COI levantó la suspensión a Rusia, después de que casi la totalidad de
test diera negativo en Corea del Sur.
Al
recordar dopajes en medallistas de Estados Unidos, poco se sabe de sanciones al
país. Por ejemplo, Justin Gatlin, quien evitó en 2017 la victoria del
jamaiquino Usain Bolt, ya arrastraba varias sanciones de dopaje. Su entrenador,
Dennis Mitchell, afirmó que el dopaje está muy extendido en el atletismo
norteamericano. Sin embargo, la gran prensa poco ha recordado a sancionados
atletas de EE.UU, tales como Tyson Gay, o la velocista Marion Jones,
entre otros. Inimaginable un titular de “dopaje de Estado”.
DEPORTE
Y POLÍTICA
“Aunque
siempre se mezcla, el deporte no puede hacer propaganda política. Como lo dice
la carta olímpica, el deporte está para exaltar el cuerpo y la mente humana, no
a gobiernos ni las ideologías”, expuso de forma tajante el abogado
venezolano, Antonio Quintero.
Sobre
el mismo punto, ya el ministro venezolano para el Deporte, Edgar Infante había
señalado que “hoy desconfiamos de todo. Sin embargo nos toca participar y
articular. El dopaje se utiliza, es una herramienta. Tenemos una alianza con
Cuba, la cual posee un reconocido laboratorio antidopaje, creado luego de
Winnipeg 1999.
LA
CIENCIA Y LOS CAMBIOS
Respecto
de la ciencia y a la tecnología “ayuda para mejorar la capacidad
deportiva, pero también para la trampa” refirió Quintero y acotó que “tomar
sustancias que impulsen el rendimiento puede hacer un daño gravísimo al
deporte, pues será de quienes puedan pagarlo”.
“Hay
que estandarizar una forma de evaluar las violaciones antidopaje a nivel
mundial”, indicó y ante la pregunta si el COI puede “perjudicar” a los
laboratorios, que al fin y al cabo entregan sus productos, aseveró que “el COI
se supedita al campo deportivo, mientras que los laboratorios abarcan todo el
mercado”.
Precisamente,
las determinaciones del COI, con su actual estructura, parece ingresar a una
era de discusiones sobre su composición interna y la justeza de sus acciones.
¿Estará llegando el tiempo para pensar en reformar la AMA e incluir más
miembros de América Latina? En este receso extraordinario hasta el 2021
podría surgir la respuesta.