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Muerte a orillas del Unare: La Tragedia de Ramón en El Samán.

Periodista Julio Ramos 

Zaraza – El sector El Samán, una apacible zona rural en la vía hacia Barrilito, a orillas del imponente río Unare, se vio sacudido en las últimas horas por una noticia que heló la sangre de sus habitantes. Lo que comenzó como una simple salida para obtener madera, terminó convirtiéndose en una búsqueda desesperada y en el hallazgo de una vida joven segada por la violencia.

Ramón Enrique Méndez Figuera, un hombre de apenas 26 años, residente de la zona, salió de su hogar la tarde del pasado martes, 13 de mayo de 2025. Su propósito era uno común para quienes viven del campo: ir a cortar algo de madera, una tarea cotidiana que no presagiaba peligro alguno. Pero las horas pasaron, el sol comenzó a descender y Ramón no regresó.

La inquietud se apoderó de sus familiares. Inicialmente, pensaron que quizás se había demorado más de lo previsto, pero a medida que la oscuridad se cernía sobre El Samán, la preocupación se tornó en angustia. Salieron a buscarlo, recorrieron los senderos que él solía transitar, preguntaron a vecinos, pero Ramón parecía haberse desvanecido en la vastedad del paisaje rural. La primera búsqueda resultó infructuosa, devolviendo a los parientes a la casa con el alma en un hilo.

Ya en la noche del miércoles, 14 de mayo, quizás mientras la desesperanza comenzaba a instalarse, el silencio característico de la zona rural se vio interrumpido. Varias detonaciones resonaron en la distancia, un sonido inusual que reactivó las alarmas y, al mismo tiempo, sembró un terrible presentimiento. Guiados por el sonido y por esa intuición que solo da la desesperación, los familiares emprendieron una nueva búsqueda, esta vez con la urgencia que inspiran los disparos en la noche.

Recorrieron la zona cercana al río Unare, bajo la tenue luz de linternas o la pálida luz de la luna. La angustia crecía con cada paso. Y entonces, la terrible confirmación. A orillas del río, en medio de la vegetación, encontraron el cuerpo sin vida de Ramón.

La escena era desgarradora. El joven Ramón Enrique, que salió a buscar madera el día anterior, yacía muerto. Presentaba tres heridas provocadas por el paso de proyectiles, señales inequívocas de una agresión violenta. Los mismos disparos que habían escuchado minutos antes, o quizás poco antes del hallazgo, habían terminado con su vida.

Consternados y con el dolor a flor de piel, los familiares dieron aviso inmediato a las autoridades. Poco después, comisiones del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) se hicieron presentes en el sector El Samán para iniciar las experticias de rigor, el levantamiento del cadáver y dar comienzo a las investigaciones que permitan esclarecer las causas de este crimen y dar con los responsables de arrebatarle la vida a Ramón Enrique Méndez Figuera en su propia tierra.

La comunidad de El Samán y Barrilito se encuentra conmocionada por este suceso, que rompe la tranquilidad de su entorno y deja en evidencia la fragilidad de la vida ante la inesperada aparición de la violencia. Las preguntas sobre el motivo y los autores de este asesinato quedan ahora en manos de los investigadores, mientras la familia de Ramón llora la pérdida de un ser querido en tan trágicas circunstancias.
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